La incertidumbre educativa

Siete meses han pasado desde que se decretó el inicio del confinamiento en Colombia debido al virus Covid19, sumándonos al resto del planeta en esta estrategia para mitigar o desacelerar su impacto en la sociedad.

Siete meses que han mostrado y demostrado la inmensa capacidad de adaptación y respuesta de los seres humanos tanto individual como colectivamente, obviamente con todos los inconvenientes que afrontar algo desconocido conlleva, lo cual ha permitido que estemos viviendo una realidad diferente a la que teníamos a inicio del año y que hoy mal se denomina “la nueva normalidad”; un término que implica que de ahora en adelante viviremos de la forma en que lo hacemos actualmente, aún sabiendo que la crisis generada por la pandemia no ha terminado, su impacto continúa golpeándonos y el virus todavía existe sin ningún tipo de medida que pueda eliminarlo o al menos “domarlo” para su integración a nuestro diario vivir.

La educación, en todos los niveles, ha experimentado el más grande cambio que se pueda recordar, y es que algunos factores de lo que se vislumbraba como el futuro de la educación han tenido que ser implementados en la actualidad, con lo cual el modelo educativo que se tenía ha sufrido alteraciones que están en deuda de medirse su impacto real en la comunidad educativa, los estudiantes, profesores, colaboradores, administración y sobre todo transmisión del conocimiento.

En la educación superior algunas instituciones estaban mejor preparadas, tecnológicamente, para un modelo educativo no presencial, y todas han venido realizando mejoras en plataformas educativas, tecnología, capacitación a sus docentes, ayuda a los estudiantes y adaptación de sus estrategias para lograr continuar la educación de sus programas con una transmisión óptima de conocimiento. Pero es justo ahí donde reside la dificultad … que tan óptimamente se está transmitiendo el conocimiento y si es efectiva la forma de hacerlo; el estudiantado necesita y exige la interacción social para su formación, otras personas prefieren la formación virtual y otras están esperando el modelo híbrido; pero lo que es cierto es que ahora se demandará una mayor autonomía por parte del estudiantado y una mejor transmisión de ese conocimiento por parte del profesorado … ese es el gran reto, adicional a los demás que venían presentándose antes de la pandemia (ofertas educativas diferentes, formación en periodos más cortos y más específica, mayor oferta educativa a menores precios, certificaciones de grandes empresas para trabajos inmediatos, etc.).

Aún no sabemos el futuro inmediato con un Covid19 presente en nuestras vidas afectando cada sector e instancia en la que nos desenvolvemos, pero si sabemos que podemos adaptarnos, cambiar y mejorar acorde a las circunstancias que se nos presenten para lo cual es vital el continuar haciendo lo que hacemos pero con mayor responsabilidad y trabajo en equipo, esa es la clave para afrontar esta época de nuestras vidas que nunca nos esperamos y que estamos “sobreviviendo” sin un camino definido o manual para salir triunfantes y volver a la antigua realidad aunque muy en el fondo sabemos que la realidad cambió, seguirá cambiando y no será igual que antes porque esa es la vida y así debemos vivirla.